En nuestra sociedad, leer no es un hábito que podríamos decir que lo llevan a cabo todas las personas, ya sean niños, adultos o ancianos, debido a que es una actividad a la que por desgracia, se le da menos importancia de la que realmente tiene. Leer no solo nos ayuda a mejorar nuestra escritura, sino también a poder conocer todo aquello que nos rodea, como son los carteles, las señales, y además, aumentar el vocabulario.
Para ello, durante la infancia, se deben empezar a llevar a cabo actividades de animación a la lectura, ya sean dentro o fuera del centro escolar, para fomentar así un hábito de lectura en los niños, y que además, desarrollen su creatividad, su imaginación, etc.
En la adolescencia, también se debe seguir incentivando a los niños hacia la lectura, no obligándoles a leer libros que les pueda resultar aburridos, sino antes de tratar un libro, dar a conocer datos del autor, la época, la forma de ser de las personas, pudiéndola comparar con la forma de vivir que existe hoy en día, etc. e introducirles libros que a ellos le sean de interés, que además sean adecuados a sus edades para una mayor comprensión de ellos.
Los educadores, debemos de ser propulsores en inculcar a los niños esa pasión por los libros, a enseñarles, como a través de ellos nos podemos trasportar a otros mundos, a vivir otras historias fantásticas, a emocionarnos, reír, llorar y a través de ellos transmitir nuestros propios sentimientos a los demás y empatizar con los personajes de las historias.
Se suele decir que la lectura es una actividad que se ha de hacer en silencio y sentados, pero también, existen otras formas de introducir a los niños en este mundo, como es hacer una lectura grupal, crear historias entre un grupo de niños, en el cual, cada uno aporte una parte de la historia y que de este modo, vean que es una actividad divertida y entretenida, en la que todos pueden participar. No solo se ha de leer en una biblioteca o en una habitación destinada a la lectura, sino que se ha de leer en cualquier lugar y a cualquier hora.
Una actividad que se puede llevar a cabo con los niños durante todo el año, son las salidas a las bibliotecas, que pueden ayudar en la conexión de los niños con los libros, como un lugar mágico en el cual el niño desarrollen su imaginación. Además, en estas salidas, pueden participar los padres, para poder orientarles un poco sobre que tipos de libros son adecuados para sus hijos y además, trabajar juntos la escuela y la familia para compensar y mantener el hábito de leer de los niños.
En las aulas de los centros escolares también han de haber un rincón de la lectura, en la que los niños puedan dedicar tiempo a leer, ver las ilustraciones de los libro, y en el que se busca la participación activa de los alumnos. Los libros deben de ser de todos lo géneros literarios para que exista una gran variedad en la lectura, y que puedan elegir cual quieren leer.
Otra clase de libros son los denominados libros digitales, que resultan más llamativos sobre todo para los más pequeños. Con estos libros se aprovechan las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías para acercarnos a la lectura, sin tener que encontrarnos en un lugar determinado. Otros libros a mencionar son los audiolibros, que son grabaciones de libros ya existentes, ya que a veces es más placentero escuchar un cuento, que leerlo con la vista y además, ayudan al niño a desarrollar su memoria
No solo los padres han de leer a sus hijos libros que ya estén escritos, sino que también pueden tener la libertad de inventarse historias fantásticas, que atraigan el interés de los niños, y que además, que tanto los niños como los padres, puedan cambiar las palabras de esas historias, y así ver que las historias pueden tener diferentes desenlaces y poder personalizar las historias.
No simplemente se deben de leer libros, sino que también hay que inducir, sobre todo a partir de una cierta edad, a que los individuos se interesen por leer revistas, periódicos, artículos, etc. para acercarse al mundo de la cultura.
La cultura, nos invade en todo aquello que vemos, leemos, formando parte de la sociedad en la que vivimos, y de hay, el interés por conocer todo aquello que nos rodea y que es parte de nuestra historia, ya sea pasada o futura. Los libros, artículos, revistas, nos ayudan a conocer hechos que ocurrieron en nuestro país o época.
Igualmente, a través de las lecturas, las personas adultas, que en su niñez no pudieron dedicar tiempo tanto a la lectura como a la escritura, pueden usar los textos para comunicarse, es decir, usar la alfabetización, que es el uso de la comunicación escrita en la sociedad, para que así puedan participar en todas las actividades de la vida, como es leer libros a otros, leer recetas, conocer los componentes de los productos que usan, los prospectos e instrucciones, etc.
Todos debemos de poder tener libertad a la hora de elegir, que queremos leer y sobre que nos interesa leer. Esa libertad es la que nos ayuda a conocer cuales son nuestras preferencias a la hora de elegir el genero literario de un libro, o a la hora de elegir una revista, un periódico o cualquier otro elemento que nos interesara.
Es importante saber leer, ya que no simplemente se deben de leer libros, sino que hay otras cosas que son muy importantes de saber leer, como son las señales de peligro, las instrucciones, las composiciones de los botes, ya que pueden ser tóxicos o estar caducados.
La lectura no solo ha de practicarse en el ámbito escolar, sino que ha de ser una práctica social, que esté incorporada en la vida de las personas, y de no tratarla como una separada de las demás actividades, sino de forma conjunta.
